:
🎲 Cuando el azar no alcanza: muestreo no probabilístico con calle y sentido
No siempre se puede confiar en tirar dados para escoger a quién preguntar. A veces la plata no da, el reloj corre o simplemente nadie tiene la lista completa de quién hace parte del parche. En esos momentos entra en juego el muestreo no probabilístico, el método de quienes resuelven con lo que hay, sin esperar condiciones ideales.
Este tipo de muestreo no depende del azar, pero tampoco es al ojo cerrado. Tiene cálculo, tiene táctica. Es mirar bien el terreno, saber a quién acudir, entender a quién se le puede dar la palabra. No es perfecto, pero sí muy útil cuando se necesita actuar con lo que se tiene a mano.
💥 Muestreo por cuotas
Como si fuera la entrada a un evento con lista específica: “necesito 15 personas, pero que haya equilibrio: jóvenes, adultos, hombres, mujeres…”. No importa el orden de llegada, lo que cuenta es cumplir con los perfiles. Rinde, es directo, y se ajusta bien a estudios rápidos.
💥 Muestreo intencional
Aquí no elige cualquiera. El que escoge sabe lo que hace. Se va por personas que dominan el tema, que representan voces clave. Como un reportero que no entrevista al primero que pasa, sino al que conoce la movida.
💥 Muestreo bola de nieve
Empieza con uno, que recomienda a otro, y ese a otro más. Así se va armando la red. Ideal para llegar a grupos difíciles de ubicar o cuando se trata de temas sensibles. Es el "pásame el contacto" del mundo investigativo.
⚖️ ¿Y qué tan bueno es esto?
Tiene sus ventajas: es flexible, se adapta al contexto, y no necesita grandes recursos. Pero también hay riesgos: no se puede generalizar igual que con un muestreo al azar, y puede haber sesgos si no se aplica con criterio.
La clave está en saber cuándo usarlo y cómo justificarlo. Porque aunque no garantice representatividad estadística total, sí puede ofrecer perspectivas valiosas, especialmente cuando el objetivo es explorar, comprender o acercarse a realidades complejas desde adentro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario